27 noviembre 2006

Epigramas del emperador (XV)

Entre el obsecuente y el crítico, elige siempre al último. No te hará más suspicaz ni más sabio. No será una amistad más segura. Simplemente, elígelo para tenerlo más cerca a la hora de aplastarlo. Y por el obsecuente, no te preocupes: siempre estará a tu sombra, incluso cuando te traicione.

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