03 diciembre 2009
Epigramas de la servidumbre (XIII)
¿Y cuándo
nos será dado
el descanso?
No el de la cuerda de la ropa al descolgar
la tarde la colada
ni el del horno de la cocina
al apagar el fuego
ni acostarse boca arriba en la cama –
sacarse los zapatos –
ni la ducha que aligera
de la sal de la tierra
o el parpadeo lento que quita irritación
a la mirada
y esconder el rostro entre las manos
borrar la oscuridad
o frotarse las sienes con desgano.
Descansar de la culpa.
Descansar de la exigencia de los verbos.
Descansar de la lógica y las pérdidas.
Del decoro, del icono, de la agudeza
que asume la paciencia.
Descansar de lo oculto y de lo expuesto.
¿Cuándo?
13 noviembre 2009
Epigramas de la servidumbre (XII)
26 abril 2009
Epigramas de la servidumbre (XI)
18 febrero 2009
son ajeros
"Lo que sucede en las fincas se repite calles adentro de los pueblos, donde las empresas alquilan casas a los vecinos para esconder de los inspectores la mano de obra infantil. Aunque ínfimos, los chicos que emprolijan ajos en esos galpones clandestinos gozan de algunos beneficios que aquellos que lo hacen a cielo abierto no tienen. Si por «beneficio» se entiende el contar con un techo de caña que proteja del sol y un baño cerca. O trabajar jornadas de menos horas y poder regresar a sus hogares para almorzar."
Ailín Bullentini: El drama de los niños ajeros
publicado en el periódico Página 12, Argentina, 18/2/2009
el bebé no se duerme, cascabel:
las sonajas de ajo suenan mudas
los dedos son diez ristras de dolor
las manos migración
y la siembra paliza
hoy la cocina huele a esclavitud
cuando picas el ajo
y en oliva lo fríes
y hoy ese pueblo hiede a esclavitud
en Maipú o Guaymallén
en tierras mendocinas
las ristras son bracitos de dolor:
encadenadas sombras
ajados desperdicios
no suena el sonajero: es la mudez
un niño que deschala las penurias
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