El hombre confundía
el miedo con la silla.
Y confundía
si estaba cansado o era
que las piernas caían
más allá de aquel suelo
de tablas carcomidas
y de deudas impagas.
El hombre confundía
la silla con la tumba
y el nombre prometido
de cosas que no estaban
al alcance del tiempo
de su mano amputada.
El hombre confundía:
asustarse, sentarse,
endeudarse, cansarse,
morirse, derrotarse.